… que pa mí no tengo.
Pues eso.
Una de las características que mejor nos define como seres humanos es la de ir regalando consejos al tuntún sin que nadie los haya pedido antes.
Y yo no voy a ser menos.
Ahí te van.
Lo siento.
No aceptes consejos de alguien que no se haya arruinado como mínimo dos veces.
Olvídate de Lambos y acostúmbrate a comer pasta una larga temporada.
Ser bueno en algo no te garantiza absolutamente nada.
La probabilidades de fracaso son extremadamente altas.
¿No esperabas esto?
Mira.
De mí para ti.
No sé tu nombre y mucho menos quién eres, no conozco tus miedos y tampoco tus sueños, lo ricas que te salen las lentejas o si sigues creyendo que tarde o temprano te tocará el Cuponazo de los ciegos.
Todo esto, por ahora, no nos importa.
Lo que de verdad importa es que no debes caer en la trampa de todas esas frases de autoayuda y psicología barata que aparecen de repente ahí donde vayas.
Tú eres su mejor cebo, porque te asaltarán las dudas noche y día.
Calma.
A todos nos pasa.
Tú solo respira.
Seguimos.
Lo que de verdad importa es que si vas a lanzarte a emprender debes de tener muy claro que transitarás por caminos repletos de baches, tanto físicos como emocionales.
¿Alguna vez disfrutaste de un sistema nervioso sobrecargado?
Cien por cien.
Mentalízate.
Porque como tú hace tiempo que hay muchos y la única clave para diferenciarse será conectar emocionalmente con tus clientes, con tu gente.
¿Demasiado cenizo?
Lo compro.
Pero es que darse a conocer hoy en día es tan jodidamente difícil como cruzarse con alguien que te apoye por igual en los buenos y no tan buenos momentos.
Que llegar es realmente difícil pero mantenerse es lo verdaderamente complejo.
Que da igual que hablen de ti en Elle, Glamour, The Sun, Vogue, The Times, AS, CNN, Today Show, GQ, The Talk, HuffPost, metro, HelloGiggles y otros tantos medios, o conseguir cientos de millones de impresiones de algo que ni Dios conocía antes, o que te llamen para participar en el Shark Tank americano con el mismísimo Mark Cuban y compañía frente a frente.*
Es una pasada lograrlo de forma orgánica, aplicando la psicología del diseño empático en todos los procesos creativos a la vez que trabajas los storytelling más genuinos con los que ir consiguiendo buenos contactos.
Obvio.
Y sin gastar un maldito euro en publicidad.
Obvio al cuadrado.
Pero es que da igual.
De verdad.
¿Sabes por qué?
Porque lo que te hará llegar a la cima será conectar con tu público.
Porque lo que te hará invencible será entrar en la mente de tus clientes.
Y cómo conseguirlo te lo cuento si me invitas a un Jack Daniel´s.
* pequeños detalles por si tenías dudas de mi experiencia